Mientras que el pasado viernes 26 de Julio el Tribunal Supremo estadounidense dio luz verde a Donald Trump para utilizar el dinero público del Pentágono para construir parte del polémico muro en la frontera con México, dos días después, el domingo día 28 de Julio, unos balancines fueron colocado en el muro fronterizo entre Sunland Park y la zona de Anapra, donde tanto niños como adultos de México y de EE UU disfrutaron de un momento agradable de convivencia a pesar de las divisiones, con el fin de que los niños jueguen y se olviden por unos minutos de la amarga realidad que viven al otro lado del muro, muchos separados de sus familias. La frontera entre Estados Unidos y México tiene más de 3.000 kilómetros que van desde el Pacífico hasta el Atlántico. A pesar del empeño de Donald Trump en separar ambos países, iniciativas como la de Ronald Rael, ponen su granito de arena por debilitar el deseo del presidente estadounidense.
El Presidente de EE UU no está actuando en consecuencia de lo que realmente pueda querer la mayoría de la sociedad estadounidense, actitud supuestamente por propio capricho y por una minoría que antepone sus ideologías a la del resto de la población mayoritaria. Esta medida produce una grave consecuencia cuando está más que comprobado y estudiado los beneficios que aporta la migración, los cuales se quieren tapar con prejuicios sin tener un verdadero conocimiento de la realidad sobre la aportación de la fusión cultural.
El arquitecto Ronald Rael y la profesora asistente en la Universidad Estatal de San José en la Escuela de Arte y Diseño Virginia San Fratello, quienes a través de varios proyectos afectados en el libro “Borderwall As Architecture, A Manifesto for the US-Mexico Boundary”, donde se proponen varios proyectos arquitectónicos para dar un mejor uso al muro y unir en vez de separar, colocaron varios balancines en este muro, balancines de color rosa, destacando sobre el sombrío color de los barrotes del muro dándole vida. Mientras que el costo que se va a emplear para terminar el polémico muro por una absurda idea de separar los pueblos es de 2.500 millones de dólares, el costo de los estos balancines es mínimo, realizándose con materiales reciclables con la ayuda del Colectivo Chopeke,
una comunidad católica con un compromiso con la justicia social y la defensa de los derechos humanos, desde una opción preferencial por los más pobres.
Pero…¿Quiénes son en realidad los artífices de este proyecto?
Ronald Rael es investigador de arquitectura aplicada, autor, emprendedor de diseño y líder de pensamiento en los campos de la fabricación aditiva y la arquitectura de tierra.Su primer libro, “Earth Architecture” es una historia de la construcción con tierra en la era moderna para ejemplificar los usos nuevos y creativos del material de construcción más antiguo del planeta. Un próximo libro, “Borderwall as Architecture” aboga por una reconsideración de la barrera que divide a EE UU y México a través de propuestas de diseño que son hipérboles de escenarios reales que ocurren como
consecuencia del muro. Rael obtuvo su maestría en arquitectura en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, donde recibió la beca William Kinne Memorial.
Virginia San Fratello es profesora asistente en la Universidad Estatal de San José en la Escuela de Arte y Diseño. Los nombramientos académicos anteriores incluyen la Universidad de California Berkeley, la Facultad de Artes de California y la Universidad de Clemson, donde fue codirectora del Centro Charles E. Daniel de Investigación de la Construcción y Estudios Urbanos de la Universidad de Clemson en Génova, Italia. Ha sido miembro de la Facultad de Diseño del Instituto de Arquitectura del Sur de California en Los Ángeles y profesora visitante en la Universidad de Arizona.
La investigación de San Fratello gira en torno a la convergencia del diseño digital, ecológico y de componentes de construcción en la arquitectura. Recibió el premio Next Generation Design Award de Metropolis Magazine por su concepto Hydro Wall.
Ronald Rael y Virginia San Fratello, formaron una sociedad en el año 2002 llamada Rael San Fratello. Una empresa galardonada reconocida internacionalmente cuyo enfoque en las tecnologías emergentes y el diseño ecológico se encuentra en la intersección de la arquitectura, el arte, la cultura y el medio ambiente. En 2014, Rael San Fratello fue nombrado Voz emergente por la Architectural League de Nueva York, uno de los premios más codiciados de la arquitectura norteamericana. Su trabajo ha sido publicado en el New York Times, MARK, Domus, Metropolis Magazine, y sus escritos aparecen en varios libros y revistas.
Como profesionales y académicos, Rael San Fratello busca cerrar la brecha entre la teoría y la práctica del pensamiento ecológico a través del diseño y está comprometido con la innovación a través de la investigación, el análisis y el arte. Rael San Fratello es reconocido por su compromiso con la integración de la práctica digital con el proyecto social.
En una conferencia realizada en la Escuela Superior de Diseño de Harvard, Ronald Rael dio el siguiente mensaje a los asistentes allí presentes: -"En cierto modo, no estoy haciendo propuestas arquitectónicas, sino documentando maneras y condiciones que podrían permitirnos mejorar los efectos del muro."
Mientras el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, sigue con sus planes por terminar en construir el muro, otra mayoría de ciudadanos apoya este tipo de iniciativas para evitar la desunión de los pueblos y de muchas familias que quiere una diversidad cultural viva y sin fronteras que les impidan poder disfrutar.