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Foto del escritorLeny González

Mujer indígena, la voz de una guerrera


No hace mucho, me llegó un artículo, en el que destaca los pensamientos y mensajes que muchas mujeres indígenas, que alzan sus voces al mundo aún a sabiendas de querer ser silenciadas, que se enfrentan incluso a mas obstáculos que los hombres para salir de la pobreza condicionada por múltiples formas de exclusión, mujeres que están en desventaja pero aún así, no se rinden ante la adversidad.

Muchas de ellas sienten miedo al hablar adelante de los hombres en espacios públicos, pero a medida de que pasan los años van superando los miedos y luchan para ser escuchadas y las tomen en cuenta. Algunas son valoradas por cada sociedad indígena, por sus conocimientos habilidades y prácticas, pero lamentablemente estas prácticas culturales y habilidades ya no son transmitidas a las jóvenes.

Lo peor es la exclusión social ,y el hecho de que los pueblos indígenas aun cuando cuente con su propio sistema y espacio de participación real, no son respetados y aceptados con su identidad colectiva en los espacios extremos a su comunidad y en este marco, son las mujeres indígenas quienes se enfrentan en mayor medida, esa situación de racismo institucionalizado, de diversas formas, en todos los espacios, en las relaciones de familia en el seno de la comunidad.

En algunas comunidades los padres y maridos tienen por derecho natural, gritar, insultar y golpear a la mujer si han hecho algo malo. Las muchachas viven con el que las robó, están expuestas a la prostitución. Existe la práctica de compra y venta de las mujeres con fines matrimoniales, la violación termina muchas veces en matrimonio, las mujeres son victimas de violación por razones políticas o en conflictos bélicos.

Pero el liderazgo de las mujeres indígenas es un elemento fundamental para promover una mayor participación política de esa población, así como en el combate a la violencia doméstica y la erradicación de la pobreza.

No se trata de hacer una simple publicidad hacia ellas transmitiendo artículos como este que he querido dedicarles tras el recién fallecimiento por un supuesto asesinato de una de ellas, la joven indígena Guadalupe Campanul, defensora del bosque de Cherán, no se trata de aplaudir para que quede muy bonito ante la sociedad, se trata de actuar apoyando y defendiendo esta causa. Porque se acabaron los miedos,porque con miedo no hay lucha, porque sin lucha no hay progreso ni salida. Por Guadalupe Campanul, por Esperanza Brito, por Manuela Sáenz, por Carmen Mondragón, por Juana Azurduy, y no nos olvidemos de las hermanas Mirabal entre muchas otras. Les transmito este artículo que me ha llegado y que refleja el significado de de la lucha de todas ellas, espero que todo esto no sea en vano y que aunque no se consiga mucho, a los pocos que se limiten a leerlo les cambie su forma de ver y de pensar.

Soy una mujer indígena, hija de la tierra y el sol, pertenezco a una raza con una cultura milenaria que hoy conservo como un tesoro… Convivo con lo que me rodea, con la lluvia, el viento, la montaña, el cielo…

Soy feliz en estas soledades…tengo tiempo para contar las estrellas,tiempo para poner mis sueños al día,para danzar con los pájaros sintiendo el aire fresco del amanecer y hablar en silencio con los animales, con las plantas, con los espíritus…Sé sembrar con la Luna los frutos del alimento,teñir la lana para hacer el tejido, hacer medicina como me enseñó mi abuela,cantar al nuevo día.Sé amasar sencillamente con fidelidad y con ternura…Soy mujer indígena, mujer como la Madre tierra,fértil, callada, protectora y fuerte.Yo no sé de economía, ni de bancos, ni de política ni subvenciones.Pero si sé cuando mi mundo está en peligro y sé cuándo las cosas son buenas o no.

No entiendo de muchas cosas,a la gente del gobierno que vienen con muchas promesas,palabras de aire cuando hay elecciones y después nada,a los que vienen a querer cambiar mi mundo,mis vestidos, mi espiritualidad…los que roban, los que experimentan con mis hijos,o les sacan sus órganos para los "winkas" ricos,los que mienten, los que me sacan de las tierras, los que me explotan,los que intercambian mi arte y mis tejidos por comida o alcohol y me pagan una miseria por el trabajo de meses para venderlos en las ciudades lejanas de Europa,no entiendo a los que se hacen mis amigos para sacarme conocimientos,los que vienen con grandes máquinas para talar el bosque,los que agujerean la tierra para sacarle su sangre,los que esconden en la comunidad basura en bidones para contaminarnos,los que nos ponen vacunas, los que experimentan con mi sangre,los que tienen buena fe y creen que vienen a ayudarme a integrarme poniéndome cables de luz y trayendo la “caja boba” para confundirme,los que me ponen zapatos,los que quieren cambiar mis costumbres ancestrales,los que me miran como un bicho raro y me sacan fotos,los que quieren que baile por dinero,los que vienen con muchas palabras bonitas a hacer iglesias en nuestros lugares sagrados,los que intentan esclavizarme con dependencias ajenas a mi cultura,los que entran armados en nuestras tierras para echarnos,a los extranjeros que vienen de vacaciones de guerrilla a enfrentarme con los militares y luego se van protegidos a sus lejanas tierras…a veces las cosas se ponen peor para nuestra gente,nos apresan, nos matan…

Tampoco entiendo a los que me desprecian,los que me ignoran,los que no les importo nada y me roban todo, hasta mi dignidad…Soy mujer indígena y sé lo que quiero…cambiar cosas, esas cosas que duelen dentro y se van agrandando como la impotencia,el desamparo, la destrucción, las palabras incumplidas, el desamor y ese sentimiento de estar siendo violada constantemente.Quiero gritar ¡Déjenme en paz!…Quiero seguir viviendo así simplemente, con la tierra y mi gente, la que ríe, la que crea,la que vibra la vida así como es, sin alterar las cosas,la que comparte, la que acaricia,la que no tiene prisa y ama sin esperar nada,la que no se aburre…soy mujer de la tierra, fuerte como el árbol que resiste al viento como el junco en la corriente,firme como la montaña más alta,frágil como el colibrí y dulce como los atardeceres.Soy mujer indígena, hija de la tierra y el sol y aunque no entienda muchas cosas,se lo que quiero, tengo esperanza y sé que las cosas van a cambiar.

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